oc(tú)bre

/ 24 oct 2017 /
Hoy el aire traía reminiscencias estivales a la vida cotidiana de la ciudad. Pero era solo un simulacro del verano.
Las brisas atlánticas, que han devenido más frías con el paso de las horas, dominaron todo el tiempo a un sol férreo, duro e implacable a la vista, y que terminó por teñir de óxido la misma atmósfera que estuvo hollando antes de ir temprano a esconderse bajo el horizonte. Ya los días se hacen muy cortos. La de hoy fue una jornada del todo azul, de cielo solitario e infinito, sin nubes. Algo inusitado en la bóveda coruñesa.

La vida prosigue su cuenta atrás. Las noticias ya ni son buenas ni son malas. Solo son. Buenas o malas, el tiempo lo dirá antes de que las manecillas lleguen al cero. Quién sabe cuándo será tal cosa.
Más monotonía, menos expectativas. Más canas y menos ganas.

La noche llega rápido y va advirtiendo de que los señores de los fríos ya están en camino. Winter is coming y todas esas cosas.
Octubre se me queda desolado y también siento el frío en las entrañas.
Falta amor en mi vida.


2 comentarios:

{ Unknown } on: 26 de octubre de 2017, 23:17 dijo...

Copio un comentario que alguien me pasó: del otoño aprendí que, aunque las hojas se caigan, el árbol sigue en pie.

{ Lo q Leo } on: 1 de noviembre de 2017, 10:09 dijo...

Estoy contigo
en que los dias de niebla
pesan más con la edad.

Como siempre una delicia leerte
Abrazos.

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