Me cruzo con personas risueñas.
Inspiro hondo.
Vagabundeo por las noches.
Huyo del sol de mediodía.
Paso páginas llenas de párrafos que no sé si he leído.
Espiro lento.
Hago un alto en el trabajo y vuelvo a mirar el techo.
Persigo horizontes.
Construyo en secreto una flota de aviones de papel.
Escucho canciones tristes.
Trazo planes que dejo a medias por falta de ganas.
Colecciono trayectorias del vuelo frenético de los vencejos.
Siembro ilusiones.
Cazo en plan furtivo la veta verde del tapiz de los atardeceres.
Desayuno siempre solo.
Cosecho desilusiones.
Ordeno alfabéticamente silencios anaranjados.
Me río al menos tres veces al día.
Domestico cielos.
Sobrevivo.
Espero a que asome septiembre.
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