incendio

/ 27 jul 2017 /
Los cambios suceden, ya sea de forma tranquila o de forma abrupta, ya sean esperados o inesperados, ya sean provocados o accidentales, ya sea un golpe de timón o un golpe contra un muro. Así suceden. Y no hay muchas cosas que se puedan hacer cuando suceden. Entre ellas, se me ocurre: impulsar las propias velas con los vientos del cambio, o adaptarse a ellos, es decir, soportarlos, o todo lo contrario, intentar resistirlos.
Así, verás a personas (también uno mismo) embarcadas en cualquiera de estos procesos, porque los cambios suceden y no es posible evitar este hecho. Y cada cual te podrá contar su propia historia, su propia elección, su propio desempeño. Ni mejores ni peores, tan solo distintos.

He recordado estos días una lámina magnífica del pintor estadounidense Norman Rockwell, basada en una anécdota personal acerca de cambios. Se trata de lo sucedido cuando ardió por completo su estudio en Arlington, en 1943. A propósito de aquello, Rockwell dejó un bonito dibujo relatando la secuencia de acontecimientos en aquella noche de fuego, bomberos y locas carreras de acá para allá. Y también dejó una frase con cierto humor amargo en una entrevista posterior: "En parte, el fuego fue beneficioso. Se llevó por delante muchas telarañas".

Y mientras contemplo la lámina, me pregunto: ¿Lo mejor que le puede pasar a una vida llena de telarañas es un buen incendio?

(dibujo al carbón sobre papel, 55 x 43 cm, año 1943)


1 comentarios:

Anónimo on: 27 de julio de 2017, 19:56 dijo...

Serán los temas o será tu sensibilidad y tu estilo, pero siempre llega en buen momento leerte. Genial!

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